Al uruguayo le encanta quejarse. En uruguay la queja es un deporte nacional, casi al mismo nivel que el futbol, mate y dulce de leche, y en particular nos encanta quejarnos de nuestro pais.
Esa relación bipolar con nuestro pais creo que es una cualidad muy uruguaya, basada quizás en la realidad de que continuamente comparamos una realidad de carne y hueso, muchas veces penosa, contra un ideal, mítico, maracaniano, suizo americano el cual probablemente nunca existió en la forma en la que vive en nuestro imaginario colectivo.
Pero desvario. El objetivo de esta entrada es quebrar una lanza, parar un momento de detenernos en aspectos negativos y aplaudir una iniciativa que está teniendo lugar en estas fechas en la rambla de montevideo. Me refiero a la exposición al aire libre de imagenes de cuadros del louvre. Esto que voy a decir suena a viejo pelotudo, sobapene europeo, pero da gusto caminar por la rambla y cruzarse con el velasquez, el greco, rafael, rubens . Y más gusto da, ver como se detiene a mirar gente de todas edades y procedencias.